La Ruptura: ¿qué culpa tiene el amor de esto?
Narración de una ruptura y la distorsión del concepto del amor romántico después del quiebre.
Era como estar en medio de una marea, parece que el corazón intenta mantenerse firme entre la densidad y el meneo lento en un mar de angustia. No importa la fuerza con la que empujes, la energía que dediques a moverte más rápido o lo muy quieto que te esfuerces a quedarte justo cuando crees que puedes dominar la inmensa ola que está por aplastarte. Es de esta manera en la que lo intentamos todos, cuando estamos en el capítulo final junto a alguien. Quiero hacer algo más, pero no puedo hacerlo.
—No servirá de nada seguir adelante con esto, además… —habló pausado, pero dejé de escuchar.
Sólo podía mirarlo. Quizá mi corazón le estaba poniendo atención a lo que estaba diciendo, pero en ese momento sólo podía verlo minuciosamente. Su rostro triste me entristecía a mí, pero notaba sus mejillas otra vez y deseé acariciarlo, sujetar su rostro entre mis manos y sentir la seguridad nuevamente, la seguridad de que no iba a irse. Mi mano se levantó como por obra de magia para darle un cariño de consuelo, pero me detuve, regresé a la situación y me mantuve en mi lugar.
—¿Ni siquiera me estás escuchando? ¿Acaso no te importa? —preguntó adolorido.
—Te estoy escuchando…
—¿Entiendes lo que está pasando? —cuestionó una vez más. Sentí el corazón oprimirse aún más y respiré con fuerza, sin poder mirarlo a la cara. Él se movió buscando mi atención y pude notar la desesperación en sus manos cuando me tomó de los hombros.
—¡Entiendo lo que está pasando! —dije fuerte, quería alejarme de su último agarre—. ¿Qué se supone que haga ahora? Por favor, no hagas eso… Dijiste que no habría problema con ese tiempo, que lo haríamos bien como lo hemos hecho hasta ahora, ¿por qué ya no quieres seguir…? No me mires de esa forma, por favor, no.
—Lo estuve pensando bien, sería un problema. Y estoy cansado de seguir con un deseo que sólo está cerca de ser imposible ahora… —respondió con la paciencia que a mí me faltaba en ese momento. Lo miré a los ojos, guardé silencio por un momento, y, aunque él pareciera estar sereno, podía leer el mismo dolor en sus ojos.
—Debiste considerar eso antes. ¿Por qué ahora? —escupí lo que pude. De repente quise decir cualquier cosa que me pasaba por la cabeza, pero sabía que sólo estaba perdiendo el control dentro de mí y que era mejor no soltarlo todo, era posible empeorarlo más. Aunque sabía que aguantarlo era lo mejor, al menos en ese instante, algo rugía dentro de mí y temía quedarse escondido. De inmediato hablé otra vez—: Tenemos mucho tiempo para cumplir nuestros planes, los planes de cada uno, ¿por qué no quieres esperarme?
—Ya hemos esperado mucho, no quiero seguir esperando. Ya no quiero seguir de esta manera, quiero tenerte conmigo, verte más seguido, apenas podemos pasar tiempo juntos. Ninguno de los dos tiene tiempo y no se trata de esperar un poco, se trata de años —explicó acelerado, parecía que le faltaba el aire. Se defendió como pudo ante mí, me dejó sin palabras por ese momento y sólo pude mirarlo, tan angustiada como él.
No era capaz de actuar como siempre. Quería gritar, quería enojarme, quería decirle que estaba equivocado y que podíamos seguir y cumplir cualquier deseo; fue la seguridad en su voz el gran muro que me mantuvo a raya. Odié ese muro. ¿Cómo es posible seguir insistiendo cuando él actúa con una seguridad inquebrantable? Estaba totalmente convencido, eso me hundía en una amarga resignación y me convencía a mí de que ya no podía hacer nada para retenerlo a mi lado. Todo el huracán de pensamientos en mi cabeza se disipó y mi mente se quedó en blanco, como si estuviera bloqueada e inmóvil, totalmente apagada.
¿Qué está ocurriendo en nuestro interior cuando se acaba todo? ¿Nuestros sentimientos extraños exponen lo que realmente somos? Porque parece ser posible sentir amor y odio al mismo tiempo, el regocijo por la existencia de esta persona y la maldición de haberla conocido sólo por un tiempo tan reducido en nuestra vida. ¿Estoy desconfigurando el verdadero concepto del amor y su efecto, reflejo y enseñanza en nuestras vidas? Es probable que así sea. Está lejos de ser mi pensamiento sobre el amor cuando no estoy pensando en la persona que amo tan dolorosamente.
Las miles de maneras que tenemos para complicar nuestra experiencia, las nuevas maneras que inventamos, acciones inevitables que no podemos ver llegar e incluso nos sorprenden cuando menos nos lo esperamos. Porque en el fondo sabemos cómo acabará todo, pero aún así lo hacemos, seguimos y nos enfadamos por ese resultado. Nos cegamos con facilidad o el amor nos convence lo suficiente de que podemos conseguir algo mejor. ¿Y es el amor el culpable de todo esto, de volvernos ciegos, ingenuos y soñadores? Puede ser que no seamos lo suficiente para el mismo amor.
Esto me caló: Qué está ocurriendo en nuestro interior cuando se acaba todo? ¿Nuestros sentimientos extraños exponen lo que realmente somos? Porque parece ser posible sentir amor y odio al mismo tiempo, el regocijo por la existencia de esta persona y la maldición de haberla conocido sólo por un tiempo tan reducido en nuestra vida. ¿Estoy desconfigurando el verdadero concepto del amor y su efecto, reflejo y enseñanza en nuestras vidas? Es probable que así sea. Está lejos de ser mi pensamiento sobre el amor cuando no estoy pensando en la persona que amo tan dolorosamente.
Gracias por este escrito